Nació en el número 11 de la calle Calvo Sotelo de Chipiona, en el seno de una familia humilde. Su padre, Fernando Mohedano, era zapatero y cantaor de flamenco en sus ratos libres; su madre, Rosario Jurado, era ama de casa y cantante aficionada de la música española. En su hogar aprendió a amar la música; su primera presentación en público la hizo a los ocho años, en una obra en su Colegio de La Divina Pastora. También aprendió a trabajar duro desde muy niña. Cantaba misas, participaba en festivales de su colegio y también, a los quince años, cuando falleció su padre, tuvo que echar una mano a la precaria economía familiar. Trabajó de zapatera, recolectora de frutas y aún tenía tiempo para presentarse a los concursos de Radio Sevilla. A Rocío le llegaron a llamar 'La niña de los premios' ya que ganaba todos los premios de las emisoras de radio en los cuales participaba. En 1958, su primer premio fue en Radio Sevilla, en el Teatro Álvarez Quintero, de Sevilla. Su primer premio fueron 200 pesetas, una botella de gaseosa y un par de medias, como ella misma confesó a una revista del corazón. De la mano de su madre, viajó a Madrid, sin haber cumplido la mayoría de edad, donde una vieja amiga del pueblo la presentó a La Niña de los Peines y al maestro Manolo Caracol. Sin embargo, su imparable carrera artística no empezó hasta su primer encuentro con la cantaora Pastora Imperio. Pastora Imperio inmediatamente contrató a Rocío para el tablao que regentaba, El Duende, uno de los primeros de la época de los tablaos. Siendo una menor, tenía que vestir ropa que la hiciera aparentar más edad para no llamar la atención de las autoridades. Su compañera, la cantaora y bailaora malagueña Cañeta de Málaga, que también había llegado a Madrid aún siendo joven a buscar fortuna con su arte y fue contratada en El Duende, recuerda en una entrevista como la joven Rocío cantó "sus alegrías, sus tientos y sus cosas de la Piquer". Rocío siempre había dicho que nació en 1944 ya que cuando llegó a Madrid para cantar en 1960 era menor de edad. Hasta los 16 años no podía cantar en los tablaos, por este motivo se cree que falsificó su fecha de nacimiento. La declaración flamenca más contundente de Rocío Jurado llegaría años después cuando ya era una destacada intérprete de la copla. En 1982 aplicó sus extraordinarias dotes al cante flamenco en un doble LP con la colaboración de dos máximas figuras del flamenco: el guitarrista Manolo Sanlúcar y el cantaor Juan Peña "Lebrijano". Titulado "Ven y sígueme", descubrió que la famosa cantante también se movía con soltura por los caminos de lo jondo. A pesar de un decir lírico ya perfectamente desarrollado, la polifacética artista demuestra sus conocimientos y su compás en una serie de cantes rigurosamente tradicionales e interpretados con gran cariño. El cineasta Carlos Saura tomó nota y se sirvió de la voz de Rocío en dos largometrajes: "El Amor Brujo" con Cristina Hoyos en 1986 y "Sevillanas" en 1992 donde interpreta junto a figuras tan relevantes del mundillo flamenco como Paco de Lucía, Camarón de la Isla, Tomatito, Lola Flores, Manuela Carrasco o Matilde Coral entre muchos otros. En la edición de 1998 del Festival de Jerez dedicado al baile flamenco, el Teatro Villamarta tuvo que colgar el cartel de "entradas agotadas" para la gala de Rocío semanas antes que para cualquier otro espectáculo. Un homenaje unipersonal a la cantante llegó con la adaptación por bulerías de Fernanda de Utrera de "Se nos rompió el amor", canción de Manuel Alejandro popularizada por Rocío. Su voz fue reconocida a nivel internacional. Prueba de ello es el premio como la Mejor Voz Femenina del Siglo XX, que le fue concedido en el año 2000 en la ciudad de Nueva York. Además, llegó a cantar en la Casa Blanca para el, por entonces, Presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan. En agosto de 2004 fue sometida a una complicada operación en el Hospital Montepríncipe de Madrid, y más tarde, el 17 de septiembre de 2004 anunciaría que padecía cáncer de páncreas en una rueda de prensa. En junio de 2005, el XIV Festival de la Yerbabuena de Las Cabezas de San Juan (Sevilla) fue dedicado a ella. Con su amigo de toda la vida, Juan Peña "Lebrijano" a su lado, Rocío Jurado aceptó emocionada el galardón que brindó a su padre y a todos los aficionados. En enero de 2006, Rocío Jurado ingresó en el Hospital MD Anderson, en Houston (Texas), para someterse a una revisión y a una pequeña cirugía. Una reacción alérgica a uno de los medicamentos que le suministraron, le hizo ingresar en la Unidad de Cuidados Intensivos en un par de ocasiones, retrasando su regreso a España hasta finales de marzo de 2006. Por esas fechas, el Gobierno le concedió la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo. El 1 de junio de 2006 Dª Rocío Mohedano Jurado fallecía a las cinco y cuarto de la madrugada en su casa de La Moraleja en Madrid, a los 61 años de edad. El cuerpo fue trasladado al Centro Cultural de la Villa en la Plaza de Colón de Madrid, donde se instaló una capilla ardiente para su velatorio público. Finalmente su cuerpo fue trasladado a Chipiona donde más de 20.000 personas fueron llegando durante toda la madrugada del 2 de junio para darle el último adiós. Allí sus restos descansan en paz en el cementerio de San José. El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, ha prometido poner el nombre de la cantante a una calle de la capital española y, el alcalde de su tierra natal, Chipiona, también ha hecho pública la intención de construir un mausoleo en su honor.