RECITAL EN CLUB OESTE DE BUENOS AIRES
1988
15 NO SE PUEDE
Hablando con el boyero,
decía un teru tero,
hacer un nido de hornero, no sé...; no se puede.
Sacándose los zapatos
decía un maragato
ya aguanté mucho rato, no sé...; no se puede.
Tenía sólo una cebolla
para “parar la olla”
y dijo mi mama yo ya no sé...; no se puede.
La plata no vale nada;
hay que pedirla prestada,
si tenerla guardada no sé...; no se puede.
Se llevaba preso al Tito
un milico chaparrito,
y le decía ese delito no sé...; no se puede.
Poniéndose colorada,
y bajando la mirada,
ella le dijo enojada, no sé...; no se puede.
Y otra le dijo “gauchito
–hablándole despacito–:
espérame otro ratito, no sé...; no se puede”.
Porque el cura le pegaba,
un sacristán se tomaba
el vino, mientras pensaba: no sé...; no se puede.
Me siento un negro distinto
tomando vino tinto,
dice un negro retinto, y no sé...; no se puede.
La otra tarde con mi yerno,
hablándome del gobierno,
me dijo: es un infierno... no sé... no se puede.