Flavia Palmiero

Una vez llegué a cruzar el mar
y vi dónde se escondía el sol.
Otra vez el cielo pude tocar
y yo sentí una gran emoción.

Una estrella me vino a saludar,
y me hizo una confesión.
Solamente a mí me quiso contar
que las nubes son de algodón.

Y volar, volar, volar sin parar,
no hay que perder la ilusión,
siempre se puede volar con la imaginación.
Y volar, volar, volar sin parar,
no hay que perder la ilusión,
siempre se puede volar con la imaginación.

De noche la luna sale a pasear,
de día sólo quiere dormir.
Ningún trueno la puede despertar
y el viento siempre la hace sonreír.

Cuando quiero la voy a visitar,
y a quien no entienda esta canción,
les digo que todos pueden volar
con las alas del corazón.

Y volar, volar, volar sin parar,
no hay que perder la ilusión,
siempre se puede volar con la imaginación.
Y volar, volar, volar sin parar,
no hay que perder la ilusión,
siempre se puede volar con la imaginación.

Y volar, volar, volar, volar.
Y volar, volar, volar, volar.
Y volar, volar, volar.
Y volar, volar, volar.

Y volar, volar, volar sin parar,
no hay que perder la ilusión,
siempre se puede volar con la imaginación.
Y volar, volar, volar sin parar,
no hay que perder la ilusión,
siempre se puede volar con la imaginación.