Flavia Palmiero

Se necesita tener a mano una olla grande,
ají molido, tres tomatitos y un buen morrón.
No hay que olvidarse que todo esto precisa aceite,
muy poco azúcar pa´ darle un toque algo dulzón.

Y mientras tanto a fuego lento voy cocinando,
como un pianista vamos haciendo esta canción,
pero recuerden, amigos míos, que es importante,
que nunca falte el repiqueteo de un buen tambor.

Qué rica es esta salsa,
la salsa que bailamos,
pues la llevamos en el corazón.
Pero qué rica es esta salsa,
la que hoy les preparamos,
yo nunca conocí nada mejor.

Hay que agregarle una cebolla muy bien picada,
siempre se pone sal y pimienta con atención. Sabor!
Yo no quisiera que te resulte algo picante,
sólo deseo que te enloquezcas con su sabor.

Pero este ritmo que nunca para, sigue sonando,
con sus trompetas acompañando la percusión.
Pero recuerden, amigos míos, que es importante,
que esté tocando la timbaleta en esta canción.

Qué rica es esta salsa,
la salsa que bailamos,
pues la llevamos en el corazón.
Pero qué rica es esta salsa,
la que hoy les preparamos,
yo nunca conocí nada mejor.

Qué rica es esta salsa,
la salsa que bailamos,
pues la llevamos en el corazón.
Pero qué rica es esta salsa,
la que hoy les preparamos,
yo nunca conocí nada mejor.